¿DÓNDE QUEDÓ LA LEY DE PLÁSTICO?
Desde el anaquel
En 2006, las autoridades del entonces Distrito Federal iniciaron su “Plan verde”, una campaña para reducir la contaminación del agua y el aire; posteriormente en 2009 se aprobó un polémico apartado de la Ley de Residuos Sólidos, para combatir el uso de bolsas plásticas no biodegradables, el cual entró en vigor en agosto de 2010.
En aquél tiempo, la noticia se dispersó por diversas latitudes, ganándose la gracia de varias personas que veían tal medida, como “justa y necesaria”, al tratarse una de las 20 urbes con mayor contaminación en el mundo –según la OMS–, que ejercía acciones reales para cuidar al ambiente, pues dichas bolsas –usadas generalmente en tiendas de conveniencia–, están constituidas por polietileno de baja densidad.
Según el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el mencionado material, tarda hasta 150 años en degradarse– y genera contaminantes que se filtran en el suelo y afectan a los seres vivos.
Así que desde ese entonces, la Ley decretó que las tiendas pueden regalar únicamente bolsas biodegradables y si no lo son, es obligatorio que se cobren a los usuarios a un costo sin definir, pero que varía entre cincuenta centavos y dos pesos.
Si se incumple la legislación, los empresarios pueden ser acreedores a multas de entre 57 mil pesos y un millón 200 mil pesos; además de un arresto inconmutable de 36 horas.
Hasta ahora todo parece en forma, pero a casi seis años de que esta legislación entró en vigor ¿Qué ha pasado con su aplicación? Usted, dependiente de abarrotes ¿Aún cobra las bolsas no biodegradables a sus clientes? ¿O regala versiones biodegradables?
Si bien desde un inicio se dijo que no habría miles de inspectores de la Secretaría de Medio Ambiente, verificando que las reformas a la Ley de Residuos Sólidos se cumplieran; parece que desde entonces sigue sin pasar mucho: las grandes cadenas obsequian bolsas plásticas biodegradables ¿Y los demás comercios? ¿Y el resto del país?
Para cumplir con la Ley
Queda claro que habrá arresto y multas de hasta dos mil días de salario mínimo vigente, a los comerciantes que no respeten las normas que dicte la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México y entreguen bolsas de plástico gratuitamente y por ahora, dejemos un poco el tema de “si los comerciantes y autoridades ejecutan adecuadamente esta reforma o no”.
Pensemos primero en una ética profesional y civil, para ser parte de estas acciones, pero ¿Qué necesitamos para cumplirlas?
Según la Asamblea Legislativa hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
• Existe pena de arresto a los comerciantes que regalen bolsas de plástico a los consumidores.
• Está prohibido manejar bolsas plásticas, que tengan un ciclo de vida mayor a los 10 años.
• Se debe de procurar la utilización de materiales provenientes de recursos renovables, como biopolímeros, para su pronta biodegradación en los destinos finales.
• Deberían considerarse los principios de reducción, reciclaje y reutilización en el manejo de los plásticos. Las bolsas de cualquier otro material no plástico, que garanticen su reutilización y reciclaje, no estarán sujetas a este plazo.
• Las bolsas de plástico que se entreguen a título gratuito, de manera onerosa o con motivo de cualquier acto comercial para transportación, carga o traslado del consumidor final, deberán cumplir los criterios y normas de producción y consumo sustentable. En tanto, se prohíbe entregar para los efectos anteriores las que no estén sujetas a dichas normas.
• Los productores, distribuidores y usuarios de las bolsas señaladas, deberán de propiciar las acciones relativas a la maximización en la valoración o reciclaje, mediante la participación en los programas que establezca la Secretaría del medio ambiente.
Obligaciones de las autoridades
• La Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA), deberá establecer los criterios y normas de producción y consumo sustentable de los productos plásticos, incluido el poliestireno expandido.
• Según la fracción XI del artículo Sexto, la SEDEMA deberá de marcar en las normas y criterios que emita, que estos materiales atiendan las características específicas requeridas para cada producto y sujetarse a los lineamientos técnicos y científicos basados en un proceso de análisis de las tecnologías vigentes. Además, deberán emitirse considerando la opinión de los productores y distribuidores.
• La Secretaría del Medio Ambiente y las delegaciones deben de aplicar el método de separación de residuos orgánicos e inorgánicos para el servicio de recolección.
• Además, la Administración Pública del Distrito Federal establecerá campañas de difusión sobre métodos de separación de residuos. En tanto, las secretarías del Medio Ambiente y de Obras, fomentarán esta acción mediante el sistema de recolección diferenciada.
Un poco de inspiración
El cuidado del planeta y la sustentabilidad en las actividades humanas, debe de resaltar en las políticas públicas de las sociedades modernas.
Existen varios países que han estudiado el impacto del plástico en el entorno y por ello han decidido combatir el uso de las bolsas plásticas, mediante políticas o leyes de prohibición o restricción; también hay otros destinos que continuamente se suman a iniciativas similares.
Pequeña reflexión
La población del Área Metropolitana, incrementó casi quinientos mil habitantes en 2015; el consumo de bolsas de plástico no ha sido medido, ni tampoco se han hecho públicas algunas cifras sobre el impacto de la reforma.
Por otro lado, sí ha habido empresas que impulsaron o trabajaron en producir bolsas más amigables con el ambiente; además del nacimiento de algunas tecnologías para permitir la biodegradación y nuevas investigaciones en diversas universidades o institutos.
Los terceros implicados, son los empresarios –que las regalan o venden– y los clientes finales, –que las reciben o compran–; quienes deben de pensar en el objetivo original de la enmienda, que era reducir la cantidad de bolsas de plástico y el impacto al entorno. Pero también, hacer una reflexión propia.
Cada año, el plástico mata a cerca de un millón de aves marinas, 100 mil mamíferos marinos y peces. Las bolsas plásticas, son usadas no más de una hora en promedio.
Según la SEDEMA “Comprar cosas y servicios que no necesitamos, no sólo implica una enorme generación de basura, también representa una fuerte presión sobre los recursos naturales, así como una contribución al cambio climático global y otras consecuencias de carácter ambiental, social, económico y cultural”.
“De acuerdo con el dictamen de las bolsas de plástico de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, 90 por ciento de éstas, terminan en desagües o acumulándose en drenajes. Tristemente, el destino final de esta ruta suelen ser los mares.
Otras bolsas y empaques ligeros vuelan y se esparcen, terminando en ríos, barrancos, jardines, calles y lotes baldíos”.
Pequeñas acciones, grandes cambios
Waldo es un tendero de la colonia Ajusco, dueño de Abarrotes Nayelli; cuando entró en vigor la reforma, comenzó a vender las bolsas, tal y como decía la Ley. Inclusive evitaba dar u ofrecer una.
Poco a apoco, la gente comenzó a olvidarse del tema y hasta se molestaba porque el dependiente no le daba en dónde echar sus compras o si le preguntaba un poco tímido: ¿Traen bolsa?
Desde entonces en vez de calendarios, cada fin de año, Waldo regala bolsas de tela o de mandado a sus clientes y vecinos; además, periódicamente les pide bolsas de plástico reciclable que les sobren, para reutilizarlas en beneficio de la comunidad, pues está a favor del cuidado del medio ambiente y siempre que puede, habla sobre las afecciones que causa el desecho plástico al planeta.










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